viernes, 9 de mayo de 2008

No es mi estilo, pero acá va una que salió como quien dirije inconscientemente los dedos. Tomada de la vida real, maquillada.

CUATRO AMIGOS

Eran cuatro amigos, desde pequeños jugaban juntos, compartían sus problemas, conversaban; una vez que terminaron la universidad uno de ellos viajó al extranjero, dos de ellos se mudaron y el otro continuó viviendo en el mismo barrio. Luego de cinco años retomaron la comunicación y quedaron en encontrarse en el mismo lugar donde se juntaban desde adolescentes. Luego del emotivo reencuentro y en medio de la conversación, uno de ellos dijo:

Luego de todos estos años, me siento muy feliz. La razón —y sacando una foto de su billetera— es ella: mi enamorada. Es la persona más dulce del mundo, nuestra relación de pareja no puede ir mejor, tenemos casi tres años y hasta hemos pensado en como sería un futuro juntos, compartimos alegrías y tristezas, en fin, ¿saben algo?, siento que he encontrado a la mujer de mi vida.

Ya que hablas de tu pareja —dijo otro de ellos—, yo también voy a contarles de la mía. Mi enamorada es una chica encantadora, me complace en todo, sabe que me gusta y que no, creo que nos entendemos bien, lo mejor de todo es que no se molesta si salgo con mis amigos, siempre está presta si quiero ir a otro lado o estar a solas con ella, no puedo quejarme, porque además de linda es inteligente; lo único malo es que tiene gustos diferentes a los míos, claro que siempre yo soy el que se impone. Aunque —haciendo una pequeña pausa—, enamorado de ella no estoy, pero me siento bien a su lado, bueno, mientras dure.

El otro, dando una última pitada a su cigarrillo, agregó: mi enamorada es la detallista, la verdad no entiendo como puede pensar en todas esas cursilerías, que hoy cumplimos un mes más, que cuándo me regalas una rosa, que chocolates, que vamos a mi casa a conocer a mis papás, etc.; tenemos casi dos años juntos y lo último que se le ocurrió fue que quería formalizar, me lo dijo luego de una noche en que salimos a comer, tardó mucho en hacerlo, pero no, yo le dije que mejor pensara en otras cosas, que estamos muy bien así; yo soy más práctico, si algún día me llego a aburrir de ella, simplemente buscaré otra.

El último cambió su expresión, mientras los otros dos daban un sorbo más a sus respectivas cervezas.

¿Y tú? —preguntó el primero al tercer amigo—, ¿cómo te va? Él miró hacia el piso con expresión de tristeza y guardó silencio.

¿Qué te pasa? —le preguntó con preocupación otro de ellos. Él hizo una pausa, suspiró y luego les dijo muy apesadumbrado: Anoche, luego de cuatro años juntos, mi enamorada terminó conmigo. No saben como la amaba, siempre estaba con ella en lo que necesitaba, si quería que la acompañe a algún lugar o a comprar algo, yo siempre estaba allí. Todos los meses me acordaba de nuestro día, al principio lo celebrábamos juntos pero el último mes ella ni se acordó. En estos momentos no sé que hacer, ella era todo para mí. Dice que todo fue muy bonito pero que conoció a alguien más y que desde hacía tiempo no sentía lo mismo por mí. Estoy destrozado.

Los otros tres amigos se miraron mutuamente y muy acongojados lo abrazaron, tratando de consolarlo.

La persona que comparte nuestras vidas es especial, no es un pedazo de papel ni un adorno más de la pared. El amor viene de Dios, valora a quien comparte el tuyo.