martes, 5 de agosto de 2014

Lo que no vas a leer

Miré tu rostro, aún eran tus pupilas, tu sonrisa
recordamos como vivir
en un breve respiro retrocedí varias estaciones
tus palabras, tu voz, nuestros sueños
la primera vez que pude tocarte.
Cuando descubrí tus labios, el camino oculto hacia la felicidad.

Y te miro.
Tus palabras quedaron atrapadas en el tiempo
tus manos siguen siendo suaves, tu cabello aún quema mi piel
luego, la noche se cierra con un adiós
[en mis fantasías, todas nuestras imágenes se repiten una y otra vez, como bucle sin fin]
y observo nuevamente tu rostro
la soledad es un horizonte infinito donde no existe tu voz. Ni tu mirada.

Y aún te espero.

[te he buscado tanto y hoy sé, que no hay nadie más]

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