Notas tan breves, calladas
quizá el creador de todos los silencios estaba equivocado
la soledad no duele, a pesar que se clava en tus sienes.
Ya eres indolente, errante.
Juegas con finales alternativos
no quieres irte, no quieres poner el punto final
pero tus dibujos son de carbón y ocre,
encerrados por los acordes de la misma canción.
Miras la ventana entreabierta
susurras no una plegaria, todas las oraciones a la vez
y el mundo no perdona tu quietud.
Estas ahí. Adorando el valor del vértigo.