domingo, 16 de agosto de 2020

Las canciones: Tercera parte. Kashmir (Led Zeppelin)

Abandonamos la carretera. Era mediodía, había cuarenta grados a la sombra. A cada kilómetro, el camino se convertía en un sendero de tierra, luego arena, playa. El sol iba sobre nosotros como satélite artificial registrando nuestros movimientos, nuestras salidas, nuestra respiración.

Escribí una canción fugaz.

En ella nosotros éramos aventureros por el Sahara y por Asia, atravesamos el Himalaya y los Andes, en un parpadeo se convertían en las mismas montañas azules como si fueran una sola; nuestro auto bordeaba los abismos, dejó la playa y se metió en el remolino infinito de las sombras, nos perdimos mutuamente, confundimos nuestro idioma con señales de humo, caímos en cuenta que borramos nuestra mente y la embadurnamos con viajes en el tiempo. Ahí estábamos en la edad de piedra, luego divisamos las pirámides, la Atlántida, el nacimiento del miedo. 

Para ese momento ya nuestros ojos eran galaxias a millones de años luz. Te tomé de la mano. No, yo te la tomé. Dibujamos el amor como manecillas de reloj, luego acaricié tu rostro, yo te miré en esta traslación de huellas en la arena, pude comprender que tu canción nos lleva como alfombra mágica hacia reinos extraños, yo comprendí que no podría mirar a nadie más en esta existencia, nuestras manos se buscaron una y dos millones de veces, es que vivimos en un viaje por las épocas, registrando de nuestro propio puño todo lo que sucede, no nos vamos a separar, no, tenemos la misma mirada clavada en el iris, por eso nos hemos vuelto inmortales, sí, inmortales, vagamos a través de agujeros negros, te tomo de la mano otra vez, siento tus dedos, tu aura extraña de amaneceres interminables y efímeros, leo tu mirada, nuestro camino va del blanco y negro al sepia, al ocre, a los colores del arco iris, me pierdo en tu cabello, yo me pierdo entre tus cejas, trazo tus labios como jeroglíficos en arcilla, cuadro a cuadro memorizo tus facciones, viajamos al pasado, al futuro, somos una interminable paradoja que no comprende de cambios de mirada, combinamos nuestras sombras, sobrevivimos a la caída del tiempo, estoy atrapado entre las líneas de tu mano. 

[De nuestras manos]. 

Una nube solitaria. Un viaje más, veinticinco años adelante, veinticinco años atrás. Escuchamos el hilo conductor de un reloj de arena, hacemos un papiro con recortes de periódico y polvo de estrellas, fotografiamos nuestras propias palabras. Regresamos a la playa de donde salimos, perdidos en África como quien descubre el eco, las polifonías, el dolor.

Mientras, permanece en el aire esa progresión de acordes en afinación celta, todopoderosa. El silencio grita, desesperado. Calla, jadea, retumba. No tiene igual. Explota el universo en un grito. Vuelve a nacer.

Y nosotros continuamos viajando en el tiempo. Absortos.





«Kashmir» es una canción compuesta por Robert Plant en 1974, en un viaje por el Sahara. Años después, Plant la consideraría como "la canción definitiva" de la banda. Incluida en el álbum "Physical Graffiti" de 1975.


Canción número 8.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante post. He logrado hacer el recorrido que describes, cerrando los ojos y escuchando Kashmir.