martes, 16 de julio de 2019

Girar

El silencio partiendo sus venas. La música en sus oídos, atravesando el umbral del viento. La garúa agitándose entre estaciones: otoño, invierno, todas pasan por su sombra. Mira el vacío. Ella. Su rostro descansando leve como las nubes. Las palabras se vuelven extrañas, el tiempo solo se detiene para recordarle que la vida ya no gira, se pierde entre acordes disonantes, entre burbujas en blanco y negro. Vuelve a mirarla. La ve sonreír. Cómo extraña que sea a él a quien le regale una sonrisa. Su mirada y su voz se extravían en papeles en blanco. Para él solo existe un destierro voluntario, un andar errante, una búsqueda del lugar perfecto con vista al resto del universo.
El cielo se llena con su mirada, con sus ojos como estrellas fulgurantes. Y él, en silencio, con los párpados cansados. Sin poder dejar de mirarla.

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