viernes, 30 de agosto de 2019

Las luces en el cielo

Las ramas delicadas moviéndose leves. Las hojas pequeñas recordándome el insomnio, balanceándose como intentando escapar de su destino. Tu rostro en el cielo púrpura, transparente. Pensamiento recurrente, estúpido. Respiro un poco, la música en mis oídos con sus millones de palabras de las cuales no retengo ni una sola, un hombre de pie a cuatro metros, luego caminando sobre el pasto, niños, ancianos, familias. La noche es más oscura que otras veces, las luces tenues me recuerdan como cerrábamos los ojos antes de rozar nuestros labios. "El tiempo danza en la madrugada", es lo único que entiendo hasta que me quito los audífonos, la madrugada aun está lejos, la respiración se me entrecorta, el frío es desterrado por un viento ligero. Y otra vez me acuerdo de ti. En la noche aleatoria, de puntos amarillos y azules en el cielo, de una vista que desenfoca los rostros, que odia las canciones y todas las miradas oblicuas, tengo un solo deseo pálido, deleznable como las hojas de este árbol.

Escuchar tu voz.

Las ramas delicadas. La luna, oculta tras mis pupilas. 

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