jueves, 22 de agosto de 2019

Madrugada

Dices que el sol vuela sobre nosotros en la madrugada y yo solo atino a ver tus ojos y seguir el movimiento de tus labios. Por un pequeño momento comprendo la historia de las olas y siento que el reloj se detiene para dejar paso a tus palabras. Entonces el camino cruza sus espejos y te veo nuevamente aquí, en el sueño somos dos desconocidos que bajan en el mismo páramo blanco, entrecruzan miradas, se besan fugazmente, luego se refugian en las sombras, visitan casas desconocidas para finalmente coger el mismo rumbo hacia las estrellas. Se miran una última vez, se toman de la mano, prometen no separarse más.
La canción se termina, la noche aún no. Cierro los ojos. Imagino tu nombre. Y sigo observando el movimiento de tus labios.

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